Se les trata con un productos natural para evitar su oscurecimiento, por ello conservan continuamente un color dorado que las hace muy atractivas a la vista. Posteriormente son seleccionadas y calibradas, retirando el centro y las semillas.
Las frutas deshidratadas aportan toda las proteínas y vitaminas de las frutas en fresco, se pueden utilizar para realizar postres y guisos, como snacks, con cereales y leche, etc.
En los alimentos deshidratados, debido a la mínima cantidad de agua y a la retención de ácido ascórbico y caroteno, los microorganismos no pueden proliferar y quedan detenidas la mayoría de las reacciones químicas y enzimáticas de alteración como la oxidación.
Durante la desecación de las peras, su contenido en agua se reduce, lo que da lugar a la concentración de los nutrientes. El valor calórico de las frutas desecadas es elevado desde las 163 calorías cada 100 gramos de las ciruelas secas a las 264 calorías de las uvas pasas, por su abundancia en hidratos de carbono simples. Las peras deshidratadas y envasadas al vacío en el envase de origen, conserva sus propiedades durante 24 meses a partir de la fecha de fabricación. Debe conservarse en un lugar fresco, seco y sin exposición directa a la luz solar. Una vez abiertas, para lograr una perfecta conservación y evitar que se desequen en exceso, hay que guardar las peras desecadas en frascos de cristal bien cerrados y en un lugar fresco, seco y protegido de la luz y de los insectos, de esta forma se mantienen durante los meses indicados en la fecha de envase.
Al deshidratar las peras las mantenemos durante todo el año, y no como en su forma natural que solo es de temporada, así mantenemos todas sus vitaminas, minerales y fibra que contiene en fresco y aportando a nuestro organismo todas las propiedades y beneficios de estas frutas.